Mucho se está hablando de la neutralidad de internet, y su posible inminente desaparición. O bueno, al menos se ha hablado largo y tendido en ciertos sitios concretos. Los más catastrofistas auguran que dicha neutralidad desaparecerá en Estados Unidos el 14 de diciembre y, con la tendencia global de imitar a la capital del imperio mundial actual, sumados a los intereses de las teleoperadoras, el resto del mundo caerá en esa tendencia como si de un dominó se tratase. Pero antes de entrar en materia, primero aclarar qué es eso de Neutralidad de Red, y qué es lo que se está cociendo en el gobierno de Yanquilandia.
La neutralidad de red dicta que una teleoperadora, como Telefónica (actualmente Movistar), o Vodafone, no pueden cobrar más por según que sitios visite un cliente, ni pueden ralentizar el acceso a ciertos sitios web.
Lo que quiere hacer Trump en Estados Unidos, es permitir que las teleoperadoras puedan hacer paquetes, como en la televisión. Un servicio básico, otro por ejemplo con redes sociales, otro con la música, etc. ¿Y si no lo pagas? Simple: servicio más lento a dichas páginas, o directamente su bloqueo. En un caso extremo, también permitiría a dichas compañías llegar a bloquear aquellos contenidos que les puedan resultar perjudiciales, como sitios web críticos con su servicio o políticas, por ejemplo.
Por JagoDibuja. En caso de que alguno no vea su firma.
A favor están las compañías de telecomunicaciones, obviamente. En contra, todos los demás, básicamente. Trump, en tan solo un año, es famoso por su comportamiento típico de toro de lidia: toma en la mente un objetivo, y embiste a por él arrasando con todo lo que se encuentre a su paso. Pero como ya se ha visto, ese impulso no siempre bastante para tirar los muros con los que se encuentra; en más de una ocasión se ha llevado un buen piñazo, en cambio. Pero se prevee que se apruebe de todos modos, ya que seguramente sean 3 votos a favor y 2 en contra, así que, aparentemente, todo estaría ya dicho en lo que respecta a este punto.
Pero ahora es cuando las cosas se ponen... interesantes.
No solo la gentecilla de a pie está en contra. Hay empresas también. Entre ellas, destacan gigantes como Neftlix, Facebook, Amazon, o la mismísima Google. Es lógico. Esa medida les perjudica directamente. A ellas les interesa una red neutral, ya que es dónde pueden hacer su agosto. Si empiezan a cobrar tasas, pues apaga y vámonos. No hay que ser ningún lumbreras para preveer que perderán un buen pico de clientes.
Ahora, pasemos al plano de las grandes empresas, que es quienes mueven los hilos en las sombras. Empecemos por quienes están a favor, las grandes corporaciones de telecomunaciones de Estados Unidos, sus gigantes.

Comcast, Verizon y AT&T son 3 compañías globales de telecomunicaciones, siendo Comcast el mayor conglomerado mediático del mundo, seguido de Walt Disney Company, Time Warner y 21st Century Fox, aunque de estas 3 últimas todo el mundo haya oído hablar y de la primera ni misa. Sin embargo, a alguna gente puede que le suenen más cosas como la NBC, Yahoo y AOL, siendo la primera propiedad de Comcast y las 2 siguientes de Verizon, así que no son tan pesos livianos como podría suponer alguien no familiarizado con esos nombres. Y, obviamente, les interesa esa norma, que les viene como agua de mayo para poder ejecutar sin miedo políticas dictatoriales respecto a sus tarifas, sin miedo de que alguien les venga tocando narices con eso de que eso, además de no ser para nada ético, es ilegal porque viola neutralidad de la red.
Ahora bien, ¿qué tenemos al otro lado del ring?
Entre otras, he encontrado nombres que (ahora sí) seguro que todos conocemos, como Facebook, Spotify, Neflix, Amazon o incluso la propia Google. No hay ninguna duda que son gigantes, y algunos auténticos pesos pesados que, si cualquiera de nosotros nos los viéramos de frente, seguramente nos haríamos a un lado para dejarle el paso libre, ya que es como si ellos fueran en un bulldózer blindado mientras que nosotros solo contásemos con un ciclomotor. Ahora bien, ¿por qué están en contra? Lo cierto es que es bastante simple. Para aquellos sitios web gratuitos, la compartimentalización de la red en paquetes influirá directamente en las visitas realizadas. En negativo, por supuesto. Si antes cualquiera podría acceder a Facebook, en este nuevo supuesto solo podrían hacerlo aquellos que hubieran adquirido el Paquete Social, que incluiría todas aquellas redes sociales.
La cosa se pone incluso peor para aquellas páginas que son de pago, o cobran membresía, como Neflix o Spotify: si alguien tiene que pagar por una tarifa especial de red para que su ordenador no vaya a pedales al intentar acceder a dicha página, y luego además por la cuenta premium para acceder a todos los canales, es posible que su respuesta sea el dedo del medio levantado. Ya sea porque no hay dinero, o porque no está dispuesto a pagar ya que le parece un timo (aunque peores se han visto en la industria de los videojuegos, dicho sea de paso, y la gente traga que traga).

Y en un supuesto no tan descabellado en este mundo de alianzas interempresaliales, se podría tomar el escenario en que, por ejemplo, Comcast firmara un acuerdo con Aliexpress. Una competidora directa es Amazon. Comcast podría ralentizar la carga de la página de Amazon para disuadir a sus usuarios de emplearla, y que optaran por la alternativa. Suena ratero, pero si hay ganancias de por medio y la normativa no impone castigo, todo está justificado en este juego. Obviamente, decir que a Amazon esto no le interesa ni de casualidad es empezar a hablar de obviedades.
Si bien esto solo se va a reducir a Estados Unidos, muchos temen que pueda servir de primera ficha, y que el resto de países terminen cediendo y caigan presa del famoso efecto dominó. Europa aprobó nuevas leyes buscando blindar la neutralidad de la red, aunque dejó suficientes vacíos legales como para que algunas compañías, como Vodafone, puedan estar jugando en el límite de la legalidad.
Tiene pinta que esto va a ser, cuando menos, interesante. No hay duda que, al igual que las compañías de telecomunicaciones van a intentar barrer para su casa; Google, Facebook y todos los demás van a, igualmente, tirar con fuerza de la cuerda para llevar el nudo a su campo, buscando proteger la neutralidad de la red en favor de sus propios intereses. Estaría irónico que, un gran derecho como la neutralidad de la red, interesante en principio solo para los usuarios, fuera protegida del pillaje rastrero de las empresas, por precisamente otras empresas, ¿verdad?
Casi todas las cartas están ya sobre la mesa. El día 14 de diciembre (no, no prometo entrada) se verá el siguiente punto de este debate, para algunos grave crisis de la que, al menos en mi humilde opinión, es posible que no esté aun todo dicho. Aun hay tiempo de que les salga el tiro por la culata. Por mi parte, si bien reconozco que es un asunto serio, yo solo puedo puedo recomendar un par de cosas para intentar sobrellevar el asunto ese día:
Enlaces a artículos y noticias de internet que hablan más en profundidad del asunto:
El Espectador: Asfixiar la libertad en internet
Forbes: Las consecuencias de acabar con la neutralidad de internet
ADSL Zone: Así podría ser internet sin la neutralidad en la red
El Confidencial: Adiós a internet tal y como lo conocemos en EEUU (y por qué no es tan trágico para ti)
Cuarto Poder: El fin de la neutralidad de internet