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Cambio en criterio de los juegos flash del mes.
16/03/2024

Tenía una vieja norma de no reseñar juegos flash de varias partes en mis entradas de juegos flash del mes.

Pero en vista que eso me ha llevado a que varios juegos flash que me encantan aun no han sido reseñados en todos estos años y falta de recámara, voy a abolir esa norma comenzando con este mes.


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martes, 30 de septiembre de 2014

Leuconostoc mesenteroides, el terror de las azucareras

A poco que nadie se fije, cualquiera se habrá dado cuenta que, si bien aquellos alimentos ricos en azúcar (o, siendo más finos, glucosa) no tardan demasiado en criar microorganismos, no se puede decir lo mismo del azucar puro. ¿Cuántos de nosotros nos hemos encontrado algún sobre de azúcar por los bolsillos, guardado desde hacía tantos meses que mejor ni contarlos? Algunos incluso se encontrarían con la muy desagradable sorpresa que de dicho sobrecito se había roto, dejando todo el bolsillo repleto de granitos de azúcar. Si embargo, por mucho tiempo que pasase o por muy sucio que se llegase a poner, no había crecido nada sobre ello.

¿Por qué? Muy simple: el azúcar puro deshidrata. Para entenderlo mejor, os propongo un experimento: comprar en una tienda un cuarto de quilo (por ejemplo) de gominolas de las que tengan más azúcar, comeos la bolsa entera y luego me contais lo que tardásteis en correr hasta el sitio más cercano dónde se pudiera calmar la sed. También es uno de los motivos por los cuales las bebidas azucaradas tipo Fanta o Coca-Cola, en vez de quitar la sed, parece que la dan: tienen más azúcar que agua.


Bueno, pues a los microorganismos, ya sean hongos o bacterias, les pasa lo mismo. Intentar comerse azúcar puro y morirse de sed. La cosa a veces cambia cuando se derrama el líquido suficiente sobre el azúcar, aunque en ese momento lo que usualmente más nos preocupa es evitar que nos toque ese pringue pegajoso, así como de eliminarlo cuanto antes, y no que se contamine de microbichitos.

Sin embargo, en el mundo de las bacterias existen metabolismos literalmente para todo, y sí, como alguno ya habrá adivinado, la Leuconostoc mesenteroides (ya tardaba en aparecer) es capaz de crecer sobre el azúcar puro, formando mucosas que le protegen de la deshidratación, mientras se comen (en este caso, fermentando) la sacarosa presente en el medio. Lo cual es una jodienda para las empresas azucareras, ya que, en caso de detectarse un tanque contaminado, hay que tirar todo el contenido. Sí, así sin más, nada de una limpia somera y todo listo, aunque solo sea porque es fácil de pillar este tipo de contaminación. La cosa se riza ya que Leuconostoc vive habitualmente sobre la caña de azúcar, por lo que puede infectar la caña al simplemente cortarla con las máquinas podaderas, por ejemplo.Vamos, que si se quiere, la paranoia está asegurada. Y esto hace que las empresas azucareras se vuelvan locas buscando formas de controlar o inhibir el crecimiento de esta bacteria de diversas formas, como usando sales u organismos.

Muy trise, pero ésta es la mejor imagen 
que llegué a encontrar de un cultivo crecido de Leuconostoc.

De todas formas, no todo son pegas para esta bacteria, también se le han sacado usos productivos como es en la elaboración de encurtidos, como los pepinillos, las berengenas, aceitunas, altramuces etc. Una de cal y otra de arena.



Y por si alguno se lo está preguntando todavía, no, no se trata de una bacteria patógena. Auque parece que en algún caso muy específico puede actuar como bacteria patógena oportunista (honestamente, nada interesante, ya que parece que la mayoría de las bacterias heterótrofas pueden presentarse como patógenas si se dan unas condiciones específicas).

Y nada más sobre esta curiosa bacteria, salvo que de tanto buscar imágenes de gominolas y encurtidos me ha dado un hambre canina. Así que nos vemos, que yo me voy a comer.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

El camino de la mejora

Ya van 2 ramas caídas en 3 meses. 2 ramas con 2 muertos, quiero decir, ya que ramas caídas a secas habrá muchas más. O árboles enteros. En mi barrio, tuvieron que talar una acacia de tamaño medio porque se había tronchado en 3. Sí, en 3: copa, tronco y raíces, y un fragmento de tronco por en medio. De aquí a que decidan que los árboles son un peligro público y que hay que tirar por la calle de en medio y talarlos a todos, yo lo veo aquí a noviembra o diciembre, antes de que causen "más desgracias". Ya ha salido, de revisar todos los árboles e indicar su índice de peligrosidad del 1 al 5. Ahí va ha haber más nominados que en Gran Hermano.


De esta forma, no solo se contribuirá a la seguridad ciudadana, sino que también ayudarán con el sobrecalentamiento de la ciudad para evitar que en verano se baje de 25ºC por la noche. Que estamos en el sur de Europa, y hay que revindicarnos. Además, esos eriales sin árboles se podrán usar para instalar carpas y casetas de todos los tipos, previo pago de las correspondientes tasas, solo un poquito más que 2 duros. Todo redondo.


¿Y sí la gente se comienza a quejar por la fanta de sombra y el calor? O, bueno, con el calor no se puede hacer nada, es cuestión del tiempo, ya saben, ahí de meter mano, bien poco. Pero con la sombra la solución es fácil, que la gente vaya pegada a los edificios, para pillar las sombras de las cornisas. Además, así también pillarán el sano fresquito que sale de todos los comercios por el aire acondicionado (ya que pocos son los que no tienen las puertas más abiertas que un usurero cuando llega alguien que va a pagar), y que lo tienen puesto a temperatura polar para compensar el calor desértico del esterior.


Ah, pero una sombra (y no de fresquito precisamente) se cierne sobre ellas las cornisas, porque también les ha dado por caerse como los árboles. Y eso no se puede arreglar por la misma fórmula. Parece que no hay sombra libre. Bueno, siempre nos quedará el subterráneo

Pues parece que tampoco. Antesdeayer (contando en el momento en que escribo ésto) en Móstoles Central (parada de Metro) un viajero se encontró con un muerto en la estación. Sí, así, tal cual. Él entraba tan tranquilito a pillar su metro para ir a dónde sea que fuera, y se encontró a un hombre tirado en el suelo, "mu' quieto". Llamada al SAMUR y a la policía, pero poco que hacer. El tipo estaba definitivamente fiambre, por un ataque al corazón, sin ir más lejos. Ni ajustes de cuentas, ni robos, ni gaitas varias.

Ah, ¿y el personal de Metro? Actualmente, con toda la nueva política que mejora que va tan de puta madre, sólo podría haber 2 personas en esa estación: el vigilante y un empleado del metro per se. El primero tiene varias estaciones a su cargo (y no precisamente 2 o 3), y en ese momento estaría vigilanto otra. El otro hace multitarea (además de atender a los viajeros, también va a revisar los desperfectos en la estación cuando algo falla y dar parte para que le hagan un parche rápido un día de estos lo arreglen), también en varias estaciones. Lo que quiere decir que en ese momneto no había nadie en la estación cuando se produjo el incidente. Y sí, señores, esto es lo que nos quieren vender tan guay: 1 para cada 5 estaciones.


Lo mismo se aplica a las ramas y cornisas caídas. Antes tenían que tener un mínimo de formación para poder determinar si un árbol estaba sano o no, o si tenía una rama podrida. Porque supongo que yo no soy la única que ha visto alguna vez un árbol que tenía una mitad reseca o más llena de hongos que un pinar de níscalos en otoño (se exceptúan los catalanes), mientras que la otra mitad del árbol estaba tan fresca y saludable. Ahora, además de que hay muchos menos, también se han de dedicar a revisar desperfectos, por ejemplo. Se ve que las compañías vieron que nos gustaba mucho el multitrabajo, que ahora nos lo dan ellas, que majas.

Las cornisas lo mismo, falta de mantenimiento. Primero una grieta, después otra, luego la tercera acompañada de un desconchón, luego otro, y entonces, si tienes suerte, quizá venga alguien a ponerle un poco de escayola para solucionarlo. Que quizá ya le conozcas porque es el que vino a arreglar la rotura de la cañería que estaba encharcando el portal.


O porque te instaló este grifo tan chulo.

Y por ahí hay altoparlantes que afirman que España va recuperándose mejor que el resto de sus vecinos Europeos por haber aplicado tan tajantemente las políticas de austeridad "recomendadas", mietras a su vez España va encabezando las listas del paro.


Pues sinceramente, no veo ventaja alguna en recortar en mantenimiento, al igual que no encuentro el beneficio en recortar en futuro quitando profesores, metiendo 40 en una clase y camuflándolo con incrementar el número de colegios bilingües para que así los críos sepan decir "river" y no "río"; en salud para que nos vayamos todos al patatal com 65 años y no pagarnos la jubilación (bueno, bajo su punto de vista lo cojonudo, pero no para el menda de a pie que somos la mayoría no), la ciencia, y qué más. Pero, claro, ¿para qué invertir en algo cuyos efectos no se ven inmediatamente y encima no dan dinero inmediato? Y más si es para el vulgo, por favor. A esos, solo a regalarles caramelos y bolitas de colores de 6 meses a un año antes de las selecciones, luego promesas, y luego ya se hará lo que nos dé la gana. O, y el pan y el circo, que no se nos olvide, muy importante para mantener a las masas en calma.

Creo que eso tenía un nombre concreto... oh, sí, ya me acuerdo. DECADENCIA.


P.D.: Ah, y no os molesteís en buscar la noticia sombre el muerto en en la estación de Metro de Móstoles. Los periódicos no se han hecho noticia, se ve que no interesaba, vaya.

martes, 2 de septiembre de 2014

Fauna urbana: viciadas con el móvil

Seamos honestos, nadie se sorprende ya cuando alguien dice que todo el mundo está viciado con los móviles hasta límites enfermizos. Hemos asimilado el ver gente caminando con la mirada fina en la pantallita, comiendo con una mano en los cubiertos y otra en el teléfono, grupos de amigos en los que la mayoría están chateando por el aparato habiendo por lo menos uno que no lo suelta así le maten, gente que lo consulta en la mínima espera como activada por un resorte, o que habla más con alguien por el cacharrito que en la vida real. Todo eso, un día detrás de otro nos ha hecho acostumbrarnos a la situación hasta un límite en que ya se ve el asunto como normal. Normal una mierda, pero bueno.

Yo no tomaba esa afirmación como verdad, pero móviles, ordenadores y consolas
 se están encargando de respaldarla con toda su fuerza día sí y día también.

El caso es que ya creo haber visto la gota que colma el vaso.

A todo el mundo le llega un momento en que decide que ya es hora de entrar en el mundo motorizado, pasar unas pruebas de aptitud pagando previamente un pastón, para luego adquirir una máquina de matar con ruedas a la que puedes poner perfecta y legalmente a 120 kilómetros por hora (después de pagar otro pastizal, mucho mayor que el anterior), porque a más está prohibido y te meten una multa, o lo que es lo mismo, a seguir pagando, aunque en ésta ocasión sin recibir nada a cambio, salvo una posible bajada de los puntos del carné.

Sí, a mi también me gustaría saber quien lo quiso pintar así. 
Desde luego, perderse  no se pierde, no.

Cualquiera que esté un poco informado, sabe que primeramente se debe pasar un test, para lo cual te debes de hacer primero no menos de 70 test, para irte familiarizando con las preguntas y el cómo se plantean las respuestas. Vamos, que al libro casi no se lo toca, en muchos casos, aunque personalmente he de decir que es muy buena ayuda.



Al caso. El otro día, sentada frente a una pantalla contestando preguntas marcando la opción que creía más correcta, no pude evitar fijarme en las 2 personas que tenía a mi lado. 2 chicas, como yo. Con sendos móviles, cómo yo. Aunque yo lo quería para hacer fotos a las preguntas más rocambolescas que me había encontrado, las hubiese fallado o no, para luego repasarlas en casa. Es más cómodo que estar escribiendo, y fue algo que aprendí en los primeros días gracias a otro que también estaba con los tests.

Pero no era su caso. Era para chatear por el "guasapo" entre test y test. Ni que tuviesen unos periodos de carga tan enormes. En realidad, en un par de segundos ya te han cargado la página que sea. No es que lo vea muy normal, ya que si vas ahí es para practicar. Para el chateo ya tienes la casa que, por cierto, presenta wifi, y no tienes que estar tirando de datos. Podría entender pillar el móvil para distraerse un minuto después de 5 o 6 test seguidos, que es cuando la mente se empieza a ir por un poco por las ramas (y cuando yo empiezo a usar mi visión periférica), pero ¿en cada test? En fin, es impulsivo, tienen mono las pobres.



Entonces me fijo en que la que está a mi derecha tiene un montón de fallos: llevaba la mitad de las preguntas, y ya tendría como 5 o 6 fallos, 4 de seguido (que fue esa tira roja la que llamó mi atención). Y ella, chateando por el móvil tan tranquila.

No sé cuántos test haría, lo que sí sé es que apenas soltaba el móvil: cada 4 preguntas estaba otra vez al tema. Yo flipaba. Por eso, y por los fallos. Llevo ya alguna semanita que otra con los tests, y jamás había visto a nadie estar tanto con el móvil ni tener tantísimos fallos. El único test que le vi medio terminado tenía 11 fallos, como poco (le quedaban todavía 4 preguntas). En la vida había visto tantos fallos juntos. Yo misma, que cuando comencé, como mucho fallaba 5 o excepcionalmente 6; y lo que quería era pegarme un tiro. Y ella tan tranquila, pasando más tiempo toqueteando a su cucharacha electrónica que estando a lo que se suponía que había ido a hacer allí. No lo termino de entender.


Quizá es que yo sea tan rara como un perro verde, pero en serio, no comprendo esa obsesión continua por el guasap. Ni que fuese cocaína digital, que a todas horas tiene la gente que estar con ello, o al menos alguna gente.

Al menos, esperemos no terminar todos así.