Para los más antiguos del blog, quizá recordéis ese palabro, "autoclave" de la entrada que hice en el 2014 sobre la Cepa 121, cuándo decía que la susodicha bacteria era perfectamente capaz de sobrevivir al autoclave.
Pero vayamos por partes. ¿Qué demonios es un autoclave? O mejor aun ¿qué aspecto tiene esa cosa con nombre de programa generador de contraseñas?
El autoclave es una máquina de aspecto anodino, un enorme prisma (a veces cilindro) blanco o metálico con una tapa con cierres que permiten sellarla herméticamente en la parte superior o lateral, y unos diales que indican presión y temperatura. En el lateral, una válvula que permite soltar vapor o agua, según a que lado se gire. Dentro del aparato, un enorme cilindro hueco con una rejilla abajo y agua. El agua (se emplea agua destilada) ha de cubrir la rejilla, pero no subir mucho más.
El tamaño es muy variable: los más pequeños tienen un metro de alto y capacidad para varios litros, luego están los medianos, también de un metro de alto de alto pero mucho, mucho más alto, y luego ya los "industriales", que son los que se emplean para esterilizar cosas a lo burro. Como las 30 cajas de puntas que bajé el otro día.
Y luego, por supuesto, están los industriales.
Destacar que, aunque pueda ser conocido como la olla a presión del labo, el objetivo fundamental no es hacer comidas. Bueno, miento, también vale para hacer comidas, pero son las "comidas" de las plantas, levaduras, bacterias y células varias con las que se está experimentando. Aunque su objetivo fundamental es esterilizar, es decir, matar a todo bicho viviente a base de presión y calor húmedo. Y por "presión" y "calor húmedo", me refiero a que su pico son 121ºC a 1 atmósfera de presión, que se mantiene durante 20 (lo normal) o 12 (cuándo el medio es lábil o delicado) minutos. Más luego, todo el periodo de aumentar temperatura, aumentar presión, y luego bajar presión, lo cual puede llevar perfectamente una hora, más o menos si el autoclave acababa de ser usado y, por lo tanto, sigue todavía caliente. Digamos que a esas condiciones hiperextremas solo es capaz de sobrevivir la ya mencionada Cepa 121 (y no sé si alguna otra archea termófila de las fosas más abisales de la corteza terrestre). Se emplea para estelirizar medios, ciertos materiales, así como para disolver el agar. El agar es un polimerizador que se disuelve en agua a partir de 60º, y que al enfriar solidifica formando una suerte de gelatina, más dura cuánto mayor sea la concentración de agar. No es que sea un componente exclusivo del laboratorio, se emplea mucho en la industria alimenticia (quizá algún día hable sobre esa pequeña maravilla).
Vale, y ese trasto, ¿cómo se usa?
La verdad es que es muy fácil: pones los medios en el reciente, correspondiente, los cierras con el tapón si es un bote (pero no del todo, hay que dejarlo medio flojo, que si no la presión del vapor dentro del bote puede reventarlo tranquilamente). Si no, se sella la boca del recipiente, (como un matraz, o una probeta) con 3 vueltas de papel de aluminio. Para esterilizar un objeto, según lo que sea, puede ser necesario cubrirlo completamente con papel de aluminio, convirtiéndose en el proceso en un experto en el correcto manejo de sábanas de aluminio sin destrozarlas, rajarlas o hacerlas un gurruño en un extremo. Así pues, una vez tienes ya todos los objetos que quieres esterilizar, te toca jugar más o menos al tetris según el número de elementos y la capacidad del autoclave, teniendo en cuenta que hay objetos que no es recomendable que toquen el fondo (que si no hay más remedio, pues nada, pero si puede evitarse, mejor), y que los recipientes con líquidos no es precisamente muy recomendable que estén boca abajo o de lado, por motivos obvios.
Y, ¿este cacharro es seguro?
Eh, sí, si no haces nada raro con él y lo manejas de la forma adecuada. Es decir, los recipientes con líquido no llenarlos más de 2/3 de su capacidad máxima (lo mismo que con cualquier olla a presión), que los recipientes de rosca no estén cerrados a lo burro para evitar que estallen por la presión acumulada, que los cacharros ahí metidos no toquen la tapa, que la misma esté bien cerrada, y que la válvula de presión esté en la posición correcta. Y luego, NO abrirlo hasta que no haya terminado. Lo mismo que con cualquier olla a presión, aunque ésta pese unos cuantos kilitos más.
A propósito, lo de "no abrir hasta que no haya terminado", no se refiere precisamente a "cuando el timer te marque que ha finalizado, abrir". No. Que hay una anécdota en el labo de una que puso el autoclave y, cuando le marcó que había finalizado el tiempo, fue a abrirlo. Da lo mismo que siguiera teniendo una atmósfera de presión que haría que estallase como lo lograra abrir, el timer dice que ha terminado y yo voy a sacar mis cosas que tengo prisa. Afortunadamente no pudo abrirlo: digamos que es difícil igualar la presión positiva generada por una atmósfera de presión. Porque, vamos, como lo hubiera logrado, habría sido la risa. Una olla a presión es una puta bomba debido precisamente a la presión, y no precisamente una de chichinabo, sino una que puede volarte toda la casa. Ahora, imagínate una olla a presión no de 5 litros, sino de 25. Pues eso.
Entonces, ese cacharro no es muy seguro, ¿no?
Hombre, si haces el puto gamba con él desde luego que no, como con con cualquier olla a presión que se precie. Pero todos los laboratorios tienen varias, y todavía no he oído que ninguno haya saltado por los aires por culpa de ningún venado.
Ok... ¿y eso de 1atm de presión porqué es importante?
Para que no hierva y se salva el líquido. Ya ves, para que una sustancia cambie de estado, no solo influye la temperatura, sino la presión. Sí, el líquido se dilatará y aumentará su volumen, pero no hervirá. Así que sí, puedes tener hielo a 20º y agua líquida a 120º. También pasa a la inversa: bajar tanto la presión que la sustancia de turno cambie de estado antes de lo que vendría siendo normal por temperatura.
Para terminar, una cosa curiosa que encontré en un bar de Plasencia (no recuerdo el nombre, aunque si tuviera que apostar diría "El Laboratorio"): al padre de los modernos autoclaves. Identifiqué al aparato porque, aunque antediluviano, presentaba todos los elementos de un autoclave: cavidad alargada, medidores de presión temperatura, una tapa con un cierre que tiene pinta de no moverse ni a tiros, válvula abajo de escape... Luego el dueño nos confirmó lo que era. Aquí dejo la foto:
El padre de todos los autoclaves parece un Dalek xD
ResponderEliminarNo conocía lo de la cepa esa, voy a echarle un vistazo ipso-facto.
¿Un Dalek? Nunca se me había ocurrido, pero ahora que lo dices...
EliminarYo lo usé mucho durante una época para esterilizar botes que contenían medios cultivables, es un cacharro la mar de útil. Nunca me había planteado lo de tener un estado del agua que no coincidiese con su rango de temperatura normal, es cierto y super curioso, hielo caliente! Lo mejor de las dos temperaturas en uno!! JUAS
ResponderEliminarComo mola. ¿Tienes preparados más post para un futuro cercano sobre lab stuff? Micropipetas, los diferentes tipos de elementos de vidrio (probetas, erlenmeyer...) o qué se yo. DIME QUE PUTO SÍ.
Lo de la presión me enteré hace unos años, y la verdad es muy curioso. A lo mejor hago una entrada referida al tema. Respecto al hielo, no solo se puede obtener a temperaturas altas, sino que encima el hielo generado por presión tiene una configuración diferente al hielo "normal" (por así decirlo) que lo vuelve más denso y hace que se hunda en el agua.
EliminarY te voy a dar una alegría ya que sí, tengo pensado en escribir más entradas relativas a los instrumentos del laboratorio. Cuándo, y cuántas serán, ahí ya no te puedo decir (básicamente porque ni yo misma lo sé).