Hoy, en la biblioteca estudiando tan tranquila, se ha puesto
en un asiento cercano una tipa de otro grado. Sé que era de otro grado porque no la había visto en mi vida. No me fijé en ella en particular al principio, ya que no es que la biblioteca estuviese vacía y fuésemos las 2 únicas monas en ella, de hecho, había bastante más gente en la mesa. Y la cosa no tendría más mención si no fuese por lo que hizo y dijo con posterioridad.
Lo primero, cuando llegó, sola, de dispuso a cargar el móvil
en uno de los enchufes de la biblioteca tan cotizados por la gente que emplea
los ordenatas sin aparentemente batería propia que amablemente nos presta la biblioteca (y que funcionan bastante bien, todo sea dicho). En este caso la cosa no era grave, ya que por suerte no había
oberbuquing, y ami me hacía un favor, ya que me estaba acordando del sol que me
daba en los ojos a través de la ventana, y ella me hacía de improvisada
mampara.
Durante el rato siguiente, pongamos, no sé, de quince a
treinta minutos, estuvo más tiempo levantada enfrente mío (si, yo estaba sentada
delante de los enchufes como un guardia jurado) zascandileando con el
móvil que sentada frente a los apuntes.
A una hora no indeterminada (entendedme, yo estaba más
preocupada en buscar la información de un centenar sin exagerar de términos
para una asignatura de informática que en controlarla los tiempos a esa chica
en plan maruja), llegó un compañero suyo, con el que empezó a platicar largo y tendido.
No sé cuento estuvieron así cuando decidí mirar la hora (las diez y media). En ese momento ya estaba un
poco hasta las narices del zumbido que tenía a la derecha por culpa de la
menda, que no paraba de hablar y de
cuyas conversaciones capté fragmentos que se resumían en quejarse de lo mal que lo llevaba todo, de
que no se acordaba de nada, alguna variante del que “iba a suspender” (porque
eso tan directamente creo que no lo dijo), y cosas así. Por medio, por supuesto,
también salieron a colaciones fiestas recientes, quejas varias, curiosidades
también varias, etc., en definitiva, suficiente material como para preparar una excelente macedonia de
anécdotas. Y no nos olvidemos de las bastante habituales variantes de lo guay que era ella.
También me gustaría mencionar que
logró que 2 caballeros de su clase le hiciesen un recado, en teoría para poder estudiar, en la práctica para no cerrar el pico.
Mientras, el de enfrente se debatía entre el libro de texto
y prestarle atención a ella. Así hasta y diez (esta vez si que lo miré) momento
en el cual la tipa decidió hacer el anuncio del Kit-Kat y darse un respiro, y se fue de la
mesa (si al baño, afuera o a buscar un libro ya ni idea), momento en el cual su
compañero quedó enfrascado en el libro de estudio; solo incordiado, en todo caso, por mis
continuos tecleos, ya que yo seguía con mi búsqueda y copie de términos (deberías inventar algo para el ruido del teclado. Y no, los ipad no me valen.
Además de que también logro tocar el tamporileiro con ellos sin quererlo).
Cronometrados, esa chica se tiró 40 minutos de charleta, de
y media a y diez (sí, esta vez me fijé por pura curiosidad). Más todo el tiempo que estuvo antes. Creo que en ningún momento
se puso a estudiar en serio. Eso lo remarco porque durante un buen rato lo
único que hizo fue quejarse amargamente de lo mal que lo llevaba todo, de que
no lograba retener nada, etc.
No sé, tía, aquí todos tenemos problemas con nuestros
respectivos estudios, sino te aseguro que desde luego nadie estaría en la
biblioteca con el buen día que estaba haciendo fuera.
Además, yo me pregunto, ¿has probado a dejar de estudiar la
asignatura optativa de prácticas ligüístico-verbales y ponerte un poco más en serio con las
obligatorias de tu grado?
(P.D.: el descanso no duró demasiado. Volvió a los diez
minutos, más o menos, y continuó con la interrumpida tertulia, momento en que el otro decidió darse por vencido con el libro.)
(P.P.D.: cuando me fui, una hora y cuarto después de haber
mirado el reloj aquella vez, todavía seguían ahí los 2, hablando más que
estudiando (sí, estudiar estudiaron algo, noté breves intervalos sin zumbidos),
pero que vamos, que luego se preguntarán que a dónde se lees fue el tiempo).
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