Microentrada actual

Año R.I.P. de páginas webs
10/04/2024

El 2024 está siendo un año negro en cuanto a páginas webs.

En solo el primer trimestre del año ya he perdido la cuenta de la cantidad de páginas útiles que han sido borradas por el motivo que sea.


Más microentradas

Microentradas antiguas

sábado, 5 de abril de 2014

Fauna urbana: charlatana de biblioteca

Hoy, en la biblioteca estudiando tan tranquila, se ha puesto en un asiento cercano una tipa de otro grado. Sé que era de otro grado porque no la había visto en mi vida. No me fijé en ella en particular al principio, ya que no es que la biblioteca estuviese vacía y fuésemos las 2 únicas monas en ella, de hecho, había bastante más gente en la mesa. Y la cosa no tendría más mención si no fuese por lo que hizo y dijo con posterioridad.



Lo primero, cuando llegó, sola, de dispuso a cargar el móvil en uno de los enchufes de la biblioteca tan cotizados por la gente que emplea los ordenatas sin aparentemente batería propia que amablemente nos presta la biblioteca (y que funcionan bastante bien, todo sea dicho). En este caso la cosa no era grave, ya que por suerte no había oberbuquing, y ami me hacía un favor, ya que me estaba acordando del sol que me daba en los ojos a través de la ventana, y ella me hacía de improvisada mampara.

Durante el rato siguiente, pongamos, no sé, de quince a treinta minutos, estuvo más tiempo levantada enfrente mío (si, yo estaba sentada delante de los enchufes como un guardia jurado) zascandileando con el móvil que sentada frente a los apuntes.



A una hora no indeterminada (entendedme, yo estaba más preocupada en buscar la información de un centenar sin exagerar de términos para una asignatura de informática que en controlarla los tiempos a esa chica en plan maruja), llegó un compañero suyo, con el que empezó a platicar largo y tendido. No sé cuento estuvieron así cuando decidí mirar la hora (las diez y media). En ese momento ya estaba un poco hasta las narices del zumbido que tenía a la derecha por culpa de la menda,  que no paraba de hablar y de cuyas conversaciones capté fragmentos que se resumían en  quejarse de lo mal que lo llevaba todo, de que no se acordaba de nada, alguna variante del que “iba a suspender” (porque eso tan directamente creo que no lo dijo), y cosas así. Por medio, por supuesto, también salieron a colaciones fiestas recientes, quejas varias, curiosidades también varias, etc., en definitiva, suficiente material como para preparar una excelente macedonia de anécdotas. Y no nos olvidemos de las bastante habituales variantes de lo guay que era ella. 

También me gustaría mencionar que logró que 2 caballeros de su clase le hiciesen un recado, en teoría para poder estudiar, en la práctica para no cerrar el pico.

Mientras, el de enfrente se debatía entre el libro de texto y prestarle atención a ella. Así hasta y diez (esta vez si que lo miré) momento en el cual la tipa decidió hacer el anuncio del Kit-Kat y darse un respiro, y se fue de la mesa (si al baño, afuera o a buscar un libro ya ni idea), momento en el cual su compañero quedó enfrascado en el libro de estudio; solo incordiado, en todo caso, por mis continuos tecleos, ya que yo seguía con mi búsqueda y copie de términos (deberías inventar algo para el ruido del teclado. Y no, los ipad no me valen. Además de que también logro tocar el tamporileiro con ellos sin quererlo).



Cronometrados, esa chica se tiró 40 minutos de charleta, de y media a y diez (sí, esta vez me fijé por pura curiosidad). Más todo el tiempo que estuvo antes. Creo que en ningún momento se puso a estudiar en serio. Eso lo remarco porque durante un buen rato lo único que hizo fue quejarse amargamente de lo mal que lo llevaba todo, de que no lograba retener nada, etc.

No sé, tía, aquí todos tenemos problemas con nuestros respectivos estudios, sino te aseguro que desde luego nadie estaría en la biblioteca con el buen día que estaba haciendo fuera. 

Además, yo me pregunto, ¿has probado a dejar de estudiar la asignatura optativa de prácticas  ligüístico-verbales y ponerte un poco más en serio con las obligatorias de tu grado?



(P.D.: el descanso no duró demasiado. Volvió a los diez minutos, más o menos, y continuó con la interrumpida tertulia, momento en que el otro decidió darse por vencido con el libro.)


(P.P.D.: cuando me fui, una hora y cuarto después de haber mirado el reloj aquella vez, todavía seguían ahí los 2, hablando más que estudiando (sí, estudiar estudiaron algo, noté breves intervalos sin zumbidos), pero que vamos, que luego se preguntarán que a dónde se lees fue el tiempo).

No hay comentarios:

Publicar un comentario