Aunque en cuanto me fijo, me percato que es algo más grueso que una hoja de papel.
Bastante más grueso, diría yo.
Lo primero que pensé fue "Anda ya, no me fastidies que estás repartiendo blocs de notas". Sí, en serio, ese fue mi primer feliz pensamiento, que alguna empresa o algo así estuviese promocionándose de esa forma tan curiosa. ¿Por qué no? Aunque he de admitir que tampoco es que me convenciese eso mucho.
Además, lo de las libretas gratis no supera al que creyó que lo que estaban regalando era fundas de móvil gratis.
Así pues, dejé que me endiñasen una de aquellas libretas y, ¿con qué diréis que me encontré?
En efecto, una edición gratuita del Nuevo Testamento, ni más ni menos. Ni siquiera se molestaron en pasarnos los 2 testamentos completos.
Una como las de esa foto me dieron.
Ese día hubo cachondeo en clase con los libritos, acrecentado por el hecho de que a primera hora teníamos examen. El chiste del "Pues yo le dejo como respuesta el Nuevo Testamenteo a la profe, que es la palabra de Dios y con eso no se puede discutir", seguidas de las bromas del Apocalipsis, porque encima el examen no era de la asignatura fácil.
Y bien pensado deberíamos haberlo hecho, aunque simplemente sea para que la profesora aprendiese a no corregir de forma sesgada. Porque, vamos, que luego a tres personas, en la misma pregunta les pusiese 3 puntuaciones diferentes (punto completo, medio punto y anulada) podiendo lo mismo, qué quereis que os diga. O que anule una pregunta teniéndolo todo bien (dicho por la propia profesora) simplemente porque se le olvidó expecificar que "la fermentación láctica produce ácido láctico". No, si te parece produce alcohol, o gamusinos verdes, no te digo. Eso es como tener que expecificar en un examen de fisiología que lo que entra en los pulmones es aire. Ni en primaria había que expecificar semejantes obviedades.
Oh, y sí, a otro compañero le pasó por alto un "fallo" del mismo equipo. ¿Qué pasa, es que en la clase unos somos del Madrid, otros del Barça y usted es la árbitro comprada?
En fin. A lo que íbamos. Las Biblias. Pues uno de los tipos que las repartía era un viejales que de tanto en tanto aparece en esa misma boca de metro, con carteles de mensajes a cada cual más raro, clamando cosas como que "Jesús es el demonio" o "todos vamos al infierno", y cosas así. Hay algunos que se dedican a hacerle fotos e incluso vídeos. Yo soy de las que pasa rapidito mirándole de refilón.
Para terminar, decir que por la tarde todavía seguían con el asunto, reapareciendo a los 2 días, se ve que todavía les quedaban unas cuantas. A propósito, las traían en cajas de 100 (lo vi en una de ellas) y habría por lo menos 20 cajas quizá alguna menos. No sé si por ahí llegan a pasar 2000 personas con ánimo de coger una.
¿He dicho ya que esto fue el primer lunes tras las "Marchas de la Dignidad"? Tengo la teoría que nos vieron bien poco católicos, y que se trata de un intento para intentar encauzarnos por el buen camino un poquito.